Hoy he tenido un domingo diferente. Hemos ido a bucear mi hermano, Carlos y Loly. Se trataba de una inmersión tranquila a 30 metros, para ser exactos a La Lápida y al Coral Rojo (Puerto del Carmen ) que está al lado. Antes de cambiarnos, hice un breve repaso a las enfermedades causadas por la profundidad , ya sabéis, enfermedad descompresión, sobreexpansión pulmonar y narcosis de nitrógeno , aparte de todo esto les hablé de las técnicas, signos y síntomas . Pues bien , después del breafing y de cambiarnos , nos fuimos todos al agua. A mitad de la playa (Playa Chica) hicimos un pique de unos 2 metros , nos ajustamos los equipos y empezamos a bajar a la escollera de la playa, para comenzar nuestro descenso dirección a la profundidad. Hasta aquí , todo normal.
Pues a partir de este momento empieza toda una aventura que no le recomiendo a nadie: Loly avisa que tiene un dolor en el pecho y comienza un ascenso de emergencia.Yo me acerque a ella, haciéndoles señas a los otros dos compañeros, para que sigan juntos. Pregunté a Loly que pasaba, incluso le ofrecí mi regulador mientras subíamos, como no quería sino subir, ¡ pues a ya vamos! Respirando juntos y a una velocidad superior a los 9 metros minutos. Cuando llegamos a superficie, me dice que está bien y seguido se queda inconsciente por un segundo, se despierta, y como si tal cosa me vuelve a decir que está bien. Un barco cerca de nosotros, ¡ perfecto ! me dije. Les pedí ayuda y en lo que recogieron sus cañas, ella aparentaba que estaba mucho mejor, puesto que mantenía una conversación continua y fluida. En ese momento me dijo, que prefería ir nadando hacia tierra , y yo confié en ella y así fue. Rumbo a la playa, se queda inconsciente varias veces pero cuestión de microsegundos. Así que no queda otra, a tirar por ella con toda la parte delantera del chaleco suelta, en posición de buzo cansado. A nadar se ha dicho. Al llegar a tierra se vuelve a quedar inconsciente. Aquí es cuando llega la caballería. Ingrid desde la distancia me pregunta si esta todo bien, a lo cual mi respuesta fue ; ayuda .Se acercó con otras personas de la playa, y tras quitarle el equipo se vuelve a quedar inconsciente, esta vez más tiempo .Ya está lo difícil, ahora empieza lo fácil; socorrista y oxígeno, saturación, pulso y ambulancia. Que más se puede pedir en estos momentos. Me toca llamar al marido y explicárselo todo. Paseo al hospital y dejarla en buenas manos, los médicos y su marido. Está bien, con risas y fiestas como es ella, y la dejan en urgencias unas horas para saber de donde viene ese dolor de pecho.
Todo ha salido bien, ahora a esperar que le dice el médico. No está mal para ser mi primera inmersión después de 5 meses en seco. En momentos como este, haces que todo lo aprendido con los años y los ejercicios repetidos hasta la saciedad, salgan de modo mecánico y se consiga un buen final.
Ahora mi versión.
ResponderEliminarRescate magistral de mi compañero de buceo desde 30 metros de profundidad hasta la playa al haberme dado un dolor torácico muy fuerte que no me dejaba respirar. Se colocó a mi lado me agarró del chaleco y para arriba aunque sufrí pérdidas de consciencia de microsegundos unos metros antes de llegar a la superficie y durante el trayecto a la playa que ya no me acuerdo de mucho más. Madre mía.
Después de recibir oxígeno por parte del socorrista de subirme la saturación a 99, de venir la policía local, de meterme en la ambulancia y llevarme al Hospital, y estar 24 horas en observación haciéndome toda clase de pruebas y conectada a las máquinas, me han dado el alta. Como nueva para casita.
Quiero dar las gracias a mi compañero Jesús Torres, en el que confio plenamente para ir a bucear al fin del mundo. Esto que me ha ocurrido es una prueba patente de que tu compañero de buceo es el único que te puede sacar si te ocurre algo en el fondo del mar.
Pendiente de volver a bucear hasta que me hagan la última prueba relacionada con las microburbujitas.
Gracias Jesusito me ha salvado!!! Ha sido un superrescate con nervios de acero.